Yo, hasta ahora, siempre que hacía bizcocho hacía el de yogur. Pero como de todo se cansa, últimamente he estado investigando un poco y he experimentado con nuevas recetas. Me apetecía algo más consistente, menos esponjoso que el de yogur. El primero que probé fue el de nata (otro día os traeré la receta) y me encantó, pero este fin de semana he hecho este, de mantequilla, que se acerca mucho, mucho, a lo que yo estaba buscando. Es jugoso, muy sabroso y más denso que el de yogur. Me imagino que engordará lo suyo, pero bueno, en pequeñas dosis... ;)
La receta es muy sencilla, y además, fácil de recordar, así que es perfecta para transmitir entre amigos. No se necesita nada raro y todos los ingredientes son de los que tenemos por casa.
Ingredientes:
250 gr de mantequilla a temperatura ambiente
250 gr de azúcar blanco
250 gr de harina
3 huevos
1cucharadita de levadura
1 pizca de sal
Batimos con las varillas la mantequilla con el azúcar hasta conseguir una mezcla espumosa y homogénea. Añadimos los huevos y volvemos a batir. Por otro lado, mezclamos la harina con la levadura y la sal y vamos incorporando a la mezcla de mantequilla, azúcar y huevos. Engrasamos un molde para bizcochos y vertemos la masa. Con el horno precalentado a 180º, horneamos una media hora, hasta que metamos un cuchillo y salga limpio. Os lo recomiendo, ¡¡os va encantar!!