aunque la cultura japonesa tiene un carácter semiaislacionista, las ideas, por lo general, llegaron del exterior, de culturas superiores, como la coreana o la china. sin embargo, los japoneses, supieron no sólo asimilar magistralmente los conceptos estéticos y filosóficos, sino que los reinterpretaron creando un arte singular que se caracteriza por su refinamiento y exquisitez.
sus obras se caracterizan por ser pequeñas, livianas y reemplazables, pero aún así, llegan a superar a grandes realizaciones de otras culturas. y es aquí, donde cabe enmarcar los grabados japoneses, que han superado las barreras del tiempo y las geográficas para llegar a nuestros días sin pasarse de moda, en todo su esplendor.
aunque las técnicas de la impresión xilográfica ya se conocían en japón desde el siglo VIII, esta técnica se perfeccionó en el siglo XV unida a la publicación de textos y libros. algunos de los temas más recurrentes eran: la vida cotidiana, las figuras femeninas, escenas eróticas, hechos históricos, espectáculos, fiestas paisajes, etcétera. muestran un mundo fugaz y efímero
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