El kokedama es una arreglo floral de origen japonés que consiste en cultivar una planta en una bola de sustrato y musgo. Yo hace tiempo que os traigo ejemplos de ellos porque están muy de moda y los hay que son auténticas preciosidades. Además de para tener en casa, son perfectos para decorar en locales, para eventos o para instalaciones temporales.
Hacer y cuidar un kokedama es relativamente sencillo, sólo hay que seguir unas cuantas instrucciones y el resultado merecerá la pena.
Para hacer un kokedama se necesita sustrato universal y sustrato arcilloso (akadama o sustrato para bonsais), musgo, plantas y cordel.
Se mezclan los sustratos en una proporción aproximada de 4 de universal por 1 de arcilloso y se hace una bola con las manos mojadas. Si la mezcla es correcta, la bola no se deshará. Si está demasiado suelta, habrá que añadir akadama. El tamaño de la bola debe ser suficiente para que la planta nos entre dentro.
Se saca la planta del tiesto y se remueven suavemente las raíces para dejarlas desnudas y con la menor cantidad de tierra posible.
Hacemos un agujero en la bola y metemos la planta dentro.
Vamos forrando la bola con musgo y atamos firme, pero suavemente.
Los kokedamas no suelen tolerar bien el sol porque el musgo se secaría, así que lo mejor es escoger plantas que agradezcan la sombra y evitar el sol directo. Para regarlos, hay que descolgarlos y sumergirlos en un balde con agua unos 10 minutos. Eso sí, sólo la bola, no sumergiremos la planta.
Por supuesto, si vivís en Argentina, no podéis perderos los talleres de
Compañía Botánica y sus maravillosos kokedamas. ¡Ah! Y sé que los chicos de
Singulares Magazine están preparando otro taller sobre ellos en la nueva edición de su Inventory Room en Barcelona este fin de semana (más información
aquí).