Sin duda este es el mes de la calabaza por excelencia. Aquí en Asturias las huertas y los "praos" se llenan de calabazas por todos los sitios. Así que si tenéis la suerte de haceros con alguna, o las habéis comprado para decorar en Halloween, no lo dudéis, se pueden hacer un montón de cosas con ellas.
Yo nunca las había comido hasta hace bien poco y su sabor me tiene enamorada. Mi suegra hace unos fritos de calabaza (dulces) que son una maravilla y ahora a mi me ha dado por hacer puré de calabaza, que además de servir para acompañar carnes y guisos, es perfecta para rellenar nuestra pasta fresca (pinchad aquí para ver la receta). Pués, como dentro de un ratín os voy a traer mi receta de raviolis rellenos de calabaza, ahora os digo cómo hacer el puré.
He de advertiros, para los que no lo sepáis, que la calabaza es un fruto un tanto dulzón, una especie de patata azanahoriada un poco dulce (permitidme la descripción), pero que bien acompañada puede resultar deliciosa. Además, su espectacular color la hace muy atractiva y queda bien en cualquier plato.
Ingredientes
Calabaza troceada y pelada
Agua
Sal
Pimienta
Mantequilla
Metemos los trozos de calabaza en una cacerola y los cubrimos con agua. La cocemos hasta que esté blandina. La retiramos del fuego y escurrimos. Si está en su punto, bastará triturarla con un tenedor, salpimentar y echar un trocín de mantequilla para darle un poco de cremosidad.
Este puré es el que yo usé para las recetas de pasta que os voy a traer estos días. Evidentemente se puede enriquecer con un poco de cebollina pochada, con ajo puerro... Eso va al gusto.
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