Sé que para muchos, el tema cebolla es complicado. Mi madre, por ejemplo, no puede con ellas. Pero yo os digo una cosa, si se cocinan bien, qué cebolla ni qué cebolla, es una auténtica delicia. Eso sí, calculad una hora preparándolas y otras dos cociendo. Esto no es fast food ;)
Ingredientes:
Cebollas de calidad (yo las prefiero pequeñinas)
Bonito en lata
Pimientos del piquillo
Salsa de tomate casera (pinchad aquí para ver mi receta)
Vino blanco
Ajo
Perejil
Harina
Aceite y sal
Empezamos pelando las cebollas, quitando las capas externas hasta llegar a las capas blancas. Con un ahuecador vamos vaciándolas. Hay que hacerlo con cuidado, de forma que queden lo más fininas posibles, pero sin que rompan. En un bol, mezclamos bonito en lata, salsa de tomate y pimientos del piquillo troceados y vamos rellenando las cebollas. Bien rellenas.
En una sartén, ponemos abundante aceite a calentar y a continuación, nuestras cebollas a dorar. Intentamos que doren por todos los lados y retiramos.
Con lo que hemos sacado de las cebollas vamos a hacer la base de nuestra salsa. Picamos finamente la cebolla y la ponemos a dorar. En un mortero, machamos un diente de ajo, perejil y lo desleemos con un buen chorro de vino blanco. Cuando esté dorada la cebolla, añadimos otro pimiento picado, dos cucharadas de salsa de tomate, una cucharada de harina y el ajo con el perejil y el vino blanco. Lo dejamos hervir un poco y a continuación metemos las cebollas. Cubrimos, casi hasta arriba con agua y salamos. Dejamos cocer, a fuego lento y con la pota tapada, unas dos horas, hasta que estén tiernas.
Cuando ya estén listas, sacamos las cebollas y pasamos la salsa por la batidora para que quede más fina. ¡¡Están de muerte!!
Hola. efectivamente, un plato muy asturiano y como bien dices, de muerte. Te quedó exquisito. Seguimos en contacto
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