Los que me seguís en Instagram ya estáis al tanto que hace tiempo que me estoy peleando con los dichosos muffins. Los he hecho varias veces, con distintas recetas, y nunca me quedaron como yo esperaba. Siempre me parecían demasiado salados, y un poco más parecidos a un bollo de pan que a una magdalena. He de decir que mi referencia eran esos muffins industriales que te venden por ahí y que son todo lo contrario: dulces, grasientos y super esponjosos. Como siempre pecaban de lo mismo, me dio por pensar (sí, sí... no siempre me da...) que quizás la que andaba mal era yo y no las recetas. El muffin es de origen inglés, y a los ingleses les gusta ese tipo de bollo, ni dulce, ni salado, sino todo lo contrario... Me dio por investigar, y aunque hay una gran cantidad de opiniones y definiciones diversas sobre lo qué es un muffin, todas parecen coincidir en que es un pastelito SEMI DULCE con una base de pan. ¡¡Hombre, haberlo dicho antes!! La de disgustos que me hubiera evitado...
Bueno, pues partiendo de ahí, hoy os traigo una de las recetas que por fin quedó bien y que a mi me encantó. El resultado, os advierto, es poco dulce, pero esponjoso y con un toque cítrico que los hace muy especiales. Yo os dejo la receta y estoy abierta a vuestras sugerencias.
Ingredientes:
50g de mantequilla derretida
200g de yogur natural
1 huevo L
100g de azúcar
ralladura de 1 naranja
260g de harina
1 cucharadita de levadura química
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
1/4 cucharadita de sal
60g de arándanos deshidratados
Precalentamos el horno a 180ºC. Mezclamos la harina, tamizada con la levadura, el bicarbonato y la sal y reservamos. En un cuenco grande, batimos el huevo y el azúcar e incorporamos el yogur, la ralladura de naranja y la mantequilla y batimos bien con las varillas (a mano). Añadimos la harina con la levadura, el bicarbonato y la sal y mezclamos con una espátula suavemente. Por último echamos los arándamos y revolvemos suavemente. En una bandeja para magdalenas que hayamos engrasado previamente o colocado cápsulas de papel, vamos echando la masa, unos 3/4 porque tiene que subir y horneamos unos 25 minutos, hasta que al pinchar con un palillo salga limpio. Dejamos reposar unos 5 minutos, desmoldamos y dejamos enfriar sobre la rejilla del horno.
Una opción , para los más golosos es rellenarlos de crema de queso. Para hacerla se necesita: 75 gr. de mantequilla derretida, 75 gr. de queso crema, 150 gr. de azúcar glass y 1 cucharada de azúcar vainillado. Lo batimos todo intensamente con las varillas y lo metemos en una manga pastelera con la boquilla pequeña. Pinchamos cada muffin y rellenamos hasta que desborde.