el detalle de los cajoncitos, todos diferentes entre sí, por las paredes y a modo de mesillas (tomad nota), me parece super acertado.
Me encantan las sillas, una de cada palo, otra vez (ya sabéis que es tendencia... ;))
Las lámparas, desde simples bombillas a sofisticadas pantallas metálicas. Las botellas de cristal como floreros.
Y, por último, aquí vemos una imagen general del bar, donde el contraste entre los azulejos negros y las paredes blancas, para mi gusto, vuelve a ser un acierto.
El look grunge para ciertas estancias y locales es muy atractivo, y este es uno de esos casos.
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